El morbo infantil como potencia. Recuerdo que improvisando un poco les propuse a los chicos que dibujaran una cucaracha, le pusieran nombre e inventaran su historia, en menos de lo que canta una cucaracha tenía cientos de ellas de todos los colores, tamaños, texturas… todos miraban sus cucarachas con gusto y asco, como si fueran reales, en ese momento pensé dos cosas… uno era la potencialidad creativa y el acto creador en los niños, la literatura vive en ellos porque de ahí viene la capacidad de hacer vivir sus creaciones, a partir de unos garabatos conceptualizar a su modo y volver a crear el mundo de manera nítida y vívida… la otra era esa potencialidad del niño en cuanto al morbo… esa capacidad de meter el dedo en la herida.. De apretarla para que siga sangrando, se me ocurrió una idea!
etopeya, prosopografía y retrato… el próximo tema, por qué no describir una cucaracha? Los pelos de punta de la maestra guía y una sonrisa pícara por mi locura, enfrentar miedos, enfrentar la realidad, figuras literarias, escritura, estímulos sinestésicos, y estimulo de ese morbo a la cruda realidad que aunque nos va matando la fantasía de un mundo de hadas nos estimula la alegre irreverencia de la imaginación… por qué no? Cuando lo haga, les cuento.
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